MIL PAISES EN UNO
La península ibérica ha sido uno de los decorados naturales más requeridos por el cine, tal vez porque la diversidad de sus paisajes ha permitido a los cineastas realizar curiosas combinaciones. Como por ejemplo:
-La zona de Guadix se convirtió nada menos que en una localidad india cuando J. Lee Thompson rodo allí algunas escenas de La india en llamas.
¿Que tiene que ver Nazareth con la sierra madrileña? Para Nicholas Ray todo, porque en La Pedriza ambiento Rey de Reyes.
-Otra producción de Samuel Bronston convirtió las afueras de Madrid en la capital de China. Así, los chinos de lavanderías y restaurantes desplegados por Europa se reunieron en Las Rozas para hacer de extras en 55 días en Pekín.
-Y si la Pedriza habia sido Nazareth, Colmenar Viejo bien podria representar al poderoso Imperio Romano. Asi al menos lo creyeron los artifices de peliculas como Espartaco o La caida del Imperio Romano.
- El Molar, también a las afueras de Madrid, le sirvió a David Lean como paisaje ruso para su Doctor Zhivago; después, transformo la localidad almeriense de Carboneras en el exótico Aqaba para rodar la película Lawrence de Arabia.
-Almería sirvió como plato para diversas producciones internacionales bélicas, policiacas y de terror. No obstante, el western fue el género por excelencia de la zona. Con aire de lejano oeste, el desierto de Almería sirvió de decorado a múltiples largometrajes, algunos tan conocidos como por ejemplo: La muerte tenía un precio y El bueno, El feo y el Malo, del director Sergio Leone.
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